viernes, 20 de junio de 2014

LA SANGRE DE CRISTO.


 

¿Quieres saber el valor de la sangre de Cristo? Remontémonos a las figuras que profetizaron y recordamos las antiguas Escrituras. Dice Moisés: inmolad un cordero de un año, tomad su sangre y rociad las dos jambas de la casa. “¿Qué dices Moisés? la sangre de un cordero irracional, ¿puede salvar a los hombres dotados de razón?” “Sin duda, responde Moisés, no porque se trate de sangre, sino porque en esta sangre se contiene la profecía de la sangre del Señor”. Si hoy el enemigo, en lugar de ver las puertas rociadas con sangre simbólicas, ve brillar en los labios de los fieles, puertas de los templos de Cristo, la sangre del verdadero Cordero, huirá todavía más lejos.

¿Desead descubrir  aún por otro medio el valor de esta sangre? Mira de donde brotó y cual fue su fuente. Empezó a brotar en la misma cruz y su fuente fue el costado del Señor. Uno de los soldados se acercó con la lanza y le traspasó el costado y al punto salió agua y sangre: agua, como símbolo del Bautismo; sangre como figura de la Eucaristía. El soldado le traspasó, abrió una brecha en el muro del templo santo, y yo encuentro el tesoro escondido. Esto fue lo que ocurrió con el cordero: los judíos sacrificaron el cordero. Y yo recibo el fruto del sacrificio. Del costado, salió sangre y agua. Con el Bautismo y la Eucaristía, que han brotado del costado, se edifica la Iglesia. Del costado de Jesús se formó, pues la Iglesia, como del costado de Adán fue formada Eva.

 

San Juan CRISOSTOMO

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