No es casual que la descripción del nacimiento de Jesús sea tan breve y mínima en detalles. Salvo
que había un pesebre, según el texto evangélico : Jesús no nació en un lugar
concreto y bajo un techo concreto, porque Jesús no es de nadie (en particular),
porque es de todos. Incluso el término de "cueva" procede de los
evangelios apócrifos. Que fuera un establo, sí que puede deducirse por el
pesebre. Lo demás queda a rellenar por nuestra imaginación y devoción.
Allí se va echando la noche, y cada vez más
mascable, el silencio. De pronto José da un salto y entra a trompicones en el
interior. Ha oído el llanto de un Niño. María está sentada en su jergón, radiante
de gozo, perdida en su sorpresa: Jesús recién nacido, en la invalidez y la
figura normal de un recién nacido..
A unos pocos kilómetros había unos pastores con
sus rebaños. Advierten un extraño fenómeno. Avisan a sus compañeros y ven una
nube luminosa creciendo. De ella se adelanta un ángel y a los despavoridos
pastores les da la señal indiscutible de Dios: ¡No temáis! ¡os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor! Y la
señal es para en algo tan simple como unos pañales, y tan vuestro como un
pesebre. Y allí fueron, llevados de un sentimiento profundo, y no le quitaban
ojo al Niño.....
Manuel CANTERO PEREZ S.J.
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