martes, 20 de septiembre de 2016

"DUC IN ALTUM" Y LA CONFIANZA EN DIOS.


Jesús dice a Pedro: Duc in altum: Remad mar aden­tro. Pedro y los primeros compañeros se fiaron de las -     Cristo, y echaron las redes. Quien abra el corazón a Cristo no sólo comprende el misterio de su propia existencia, sino también el de su vocación, y re­coge espléndidos frutos de gracia. Primero, creciendo en santidad por un camino espiritual que, comenzan­do con el don del bautismo, prosigue hasta alcanzar la perfecta caridad. Viviendo el evangelio sine glossa, el cristiano se hace cada vez más capaz de amar como Cristo, a tenor de la exhortación: Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.
Se esfuerza por perseverar en la unidad con los her­manos dentro de la comunión de la Iglesia, y se pone al servicio de la nueva evangelización para proclamar y ser testigo de la impresionante realidad del amor salvífico de Dios. Particularmente a vosotros, queridos jóvenes, os repito la invitación de Cristo a remar mar adentro, confiad en él, escuchad sus enseñanzas, mi­rad su rostro, perseverad en la escucha de su Palabra. Dejad que sea él quien oriente vuestras búsquedas y aspiraciones, vuestros ideales y los anhelos de vuestro corazón; pienso también en las palabras dirigidas por María, su Madre, a los servidores en Cana de Galilea: Haced lo que él os diga. Cristo, queridos jóvenes, os pide «remar mar adentro» y la Virgen os anima a no dudar en seguirle.
San Juan Pablo II

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