martes, 12 de junio de 2018

HA RESUCITADO.


Para conformarse plenamente al plan divino, el Señor Jesús apareció en el Cenáculo bajo el aspecto que tenía antes de transfigurarse, y no según la gloría que le era connatural y que correspondía al templo de su cuerpo transfigurado. No quería que la fe en la resurrección condujera hacia otro aspecto y hacia un cuerpo dife­rente del cuerpo asumido en la encamación en la Virgen y que murió en la cruz. En efecto, la muerte no tenía poder más que sobre la carne de la que iba a ser expul­sada. Porque, si su cuerpo muerto no resucitara, ¿cómo iba a ser vencida la muerte?
Por lo demás, el hecho de que el Señor entrara estando las puertas cerradas es una prueba de su resu­rrección. Saluda a sus discípulos con estas palabras: Paz a vosotros, mostrando así que él mismo es la paz. Ellos reciben, por su presencia, un espíritu pacificado y tranquilo. Esto es, sin duda, lo que san Pablo desea a sus fieles cuando dice: La paz de Dios, que supera cualquier razonamiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos por medio de Cristo Jesús.

San CIRILO DE ALEJANDRÍA.
Monje y obispo de Alejandría, fue gran defensor de la fe;
es doctor de la Iglesia (370-444).

 

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