martes, 28 de agosto de 2018

ES MAS DIFICIL SER INGENIERO QUE SANTO.


Cuántos tortuosos caminos hay que recorrer para llegar a lo simple. Muchas veces si no practicamos la virtud es debido a nuestro complicado modo de ser, que rechaza lo que es sencillo. Muchas veces no llega­mos a comprender la grandiosidad que se encierra en un acto de sencillez, porque buscamos lo grande en lo complicado, buscamos la grandiosidad de las cosas en la dificultad de las mismas. La virtud, Dios, la vida interior, ¡qué difícil me parecía vivir eso! Ahora no es que yo tenga virtud, ni que mi conocimiento de Dios y vida de espíritu estén completamente claros, pero he visto que a eso se llega sin complicaciones.
He visto que a Dios se le llega a conocer por la sim­plicidad del corazón y por la sencillez. Para tener virtud no hace falta estudiar una carrera, ni dedicarse a pro­fundos estudios... Basta el acto simple de querer; basta, a veces, la sencilla voluntad. ¿Por qué, pues, a veces no tenemos virtud? Porque no somos sencillos, porque nos complicamos nuestros deseos, porque todo lo que que­remos nos lo hace difícil nuestra poca voluntad, que se deja llevar de lo que agrada, de lo cómodo y, muchas veces de las pasiones. Si quisiéramos  seríamos santos... y es mucho mas difícil ser ingeniero que ser santo.
San Rafael ARNAIZ BARÓN

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