martes, 14 de agosto de 2018

SAN MARCOS, TRANSMISOR DE LA FE.


La Iglesia, diseminada por el mundo entero hasta los confines de la tierra, recibió de los apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios Padre todopoderoso, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; y en un solo Jesucristo, Hijo de Dios, que se encarnó por nuestra salvación; y en el Espíritu Santo, que por los profetas anunció los planes de Dios, el advenimiento de Cristo, su nacimiento de la Virgen, su pasión, su resurrección de entre los muertos, su ascensión cor­poral a los cielos, su venida de los cielos, en la gloria del Padre, para recapitular todas las cosas y resucitar todo el linaje humano.

La Iglesia, pues, guarda diligentemente la predicación y la fe recibida, habitando como en una única casa; y su fe es igual en todas partes, como si tuviera una sola alma y un solo corazón, y cuanto predica, enseña y transmite, lo hace al unísono, como si tuviera una sola boca. Pues aunque en el mundo haya muchas lenguas distintas, el contenido de la tradición es uno e idéntico para todos. Las iglesias de Germania creen y transmiten lo mismo que las otras de los íberos o de los celtas. Al igual que el sol, criatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así también la predicación de la verdad resplandece por doquier e ilumina a todos aquellos que quieren llegar al conocimiento de la verdad.
San Ireneo de l yon
Discípulo de san Policarpo, obispo de Esmirna. Como obispo de Lyon (Francia), se erigió en defensor de la ortodoxia frente a los gnósticos. Murió mártir (t 202).








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