domingo, 27 de mayo de 2012

PENTECOSTÉS



 En 1976 dijo Pablo VI: “La Iglesia tiene necesidad de su perenne Pentecostés”. Y con un lenguaje muy intenso expresaba: “Necesita fuego en el corazón, palaras en los labios, profecía en la mirada. La Iglesia necesita ser templo del Espíritu Santo, necesita una pureza total, vida interior… Si, es del Espíritu Santo de lo que, sobre todo hoy, tiene necesidad la Iglesia. Decidle por tanto siempre: ¡Ven!”

En aquel discurso, el Papa llamaba la atención sobre un hecho: la Iglesia es posible por la presencia del Espíritu Santo. San Pablo, en la segunda lectura, nos recuerda su importancia tanto por la vida personal, como para la misma Iglesia. Cada uno de nosotros está unido a Dios por la acción del Espíritu Santo. Él es quien obra nuestra santificación. Al mismo tiempo,  Él da unidad a la Iglesia, formando un solo Cuerpo. De ahí esa gran maravilla de que siendo una solo iglesia haya pluralidad de dones y carismas. Porque el Espíritu manifiesta su poder y su bondad de múltiples forma. Cada uno pertenecemos a una misma realidad: la Iglesia y le somos indispensables y sin dejar de ser nosotros mismos, experimentamos la pertenencia a un organismo que no nos anula, sino que nos permite enriquecernos mutuamente según lo que la gracia obra en cada uno.



                                                                                                              David AMADO FERNÁNDEZ

2 comentarios:

  1. Sí,la Iglesia prevalece y.ningún poder del mal podrá destruirla jamás. La Iglesia es como una gran "barca"que, a lo largo de su travesía por el mar proceloso de la vida,tiene que soportar importantes turbulencias y fortísimas tempestades; pero la conduce y anima el Gran Capitán, que, aunque parece que va "dormido," ni por un momento deja a su Iglesia a merced de los vientos huracanados ¿Alguién podrá vencer al Espíritu Santo?

    Pero el hombre se enfrenta al peligro de su libre albedrío y anda muy confundido sin saber qué camino tomar...Sólo hay dos caminos: uno angosto, oscuro,apenas iluminado, todo cubierto de piedras preciosas que el propio Espíritu ha colocado, a manera de alfombra, para que no resulte dificultoso; el otro, ampuloso, que ofrece muchos atractivos:El primero conduce a un lugar maravilloso, el segundo, te va conduciendo a un lugar tenebroso de desesperanza y de perdición eterna.

    Ahora es el tiempo de clamar: ¡Ven Espíritu divino,mándanos tu luz desde el cielo!! Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro...

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  2. QUE EL PENTECOSTES SEA PARA CADA UNO EL INICIO DE NUESTRA RENOVACION DE FE

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