jueves, 11 de octubre de 2012

LA ORACIÓN ES DE SIEMPRE

El bien supremo es la oración, la conversación familiar con Dios. Ésta es la relación que tenemos con Dios y la unión con Él. Igual que los ojos del cuerpo quedan iluminados al ver la luz, el alma que tiende hacia Dios queda iluminada por su inefable luz. La oración no es efecto de una actitud exterior, sino que viene del corazón. No queda reducida a unas horas o momentos determinados, sino que es una actividad continua, tanto de día como de noche. No nos contentemos orientando nuestro pensamiento a Dios durante el tiempo dedicado exclusivamente a la oración, sino que, cuando otras ocupaciones nos absorban, es importante que mantengamos el deseo y el recuerdo de Dios, a fin de ofrecer al Señor del universo un alimento muy suave sazonado con la sal del amor de Dios.
La oración es la luz del alma, el verdadero conocimiento de Dios, la mediación entre Dios y los hombres. A través de ella, el alma se eleva hacia el cielo y estrecha el Señor con un abrazo inexpresable. Como un niño de pecho hace con su madre, el alma llama a Dios llorando, hambrienta de la leche divina. Expresa sus deseos más profundos y recibe regalos que sobrepasan todo lo que se puede ver en la naturaleza. La oración que con respeto presentamos delante de Dios es gozo para el corazón y descanso del alma.

HOMILÍA DEL SIGLO V.

1 comentario:

  1. Los Discípulos viendo que Jesús se pasaba noches enteras orando, se dirigieron a Él y, con toda sencillez le pidieron que les enseñara a orar, así fue como , de los propios labios de Jesús, recibieron el Padrenuestro, que hoy repetimos en todos los idiomas.
    Desde entonces nos dirigimos a Dios como Padre-Abba- Papaíto... y el corazón se te derrite, y te abrasa la ternura cuando dices ¡Padrenuestro...! y, sientes que una dulzura inmensa te embarga toda porque, al sentir la dignidad de ser hijo de Dios , sientes la necesidad de orar por el hermano que no sabe o que no quiere hacerlo. La oración del cristiano siempre es personal, pero nunca es aislada.. Cada uno de nosotros participa de la oración de todos los hermanos. En el Cielo hay quién intercede por nosotros...Nosotros tambien vamos cargados con las necesidades del mundo entero.

    Nuestra Oración será siempre de alabanza , de gratitud y de glorificación a Dios.Pedir, pedir, se lo podemos pedir todo y Él, como nos ama de esa manera, si lo que pedimos no nos perjudica,nos lo va a conceder; pero ya sabe lo que nos hace falta y no estará esperando que se lo pidamos para dárnoslo.No existe ni un sólo día que el Señor no nos conceda alguna gracia extraordinaria.

    Cuando la relación con el Padre es íntima y se vive la Gracia de su Presencia contínua, la Oración es ininterrumpida, es un diálogo que no acaba...Dada nuestra criaturidad ,habrá momentos de sufrimiento por temor y porque qerrías ser mejor de lo que eres y no siempre lo consigues...



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