jueves, 13 de diciembre de 2012

EL NIÑO QUE SE DUERME

Nada tan hermoso como un niño que se duerme, dice Dios.
Os lo digo: nada tan bello en el mundo. Nunca he visto nada tan bello en el mundo.
Y, Yo lo sé. Mi creación está llena de hermosura.
Hay tantas hermosuras que no se sabe adonde ponerlas.
He visto millones y millones de astros rodar debajo de mis pies, como la arena del mar.
He visto días ardientes como llamas.
Días de verano, de junio, de julio y de agosto.
He visto tardes de invierno puestas como un abrigo.
            Todo lleno de estrellas.
He visto esas iglesias que son mis propias casas.
Y Paris, y Reims, y Rouen y catedrales que son mis palacios y mis castillos.
Tan hermosos que los guardaré en el cielo.
He escuchado cantar las misas y las triunfales vísperas.
He visto las llanuras y los valles.
Que son lo más hermoso visto.
He visto el mar profundo y la selva profunda; el corazón profundo del hombre.
He visto corazones devorados por el amor durante vidas enteras.
Perdidos de amor, ardientes como llamas.
Y he visto brotar lágrimas de amor
Que durarán más que las estrellas del cielo.
Y he visto miradas de súplica, miradas de ternura
     Perdidas de amor.
Que brillarán eternamente en las noches de las noches.
Y he visto vidas enteras, desde el nacimiento hasta la muerte.
Del bautizo hasta el viático.
Se desarrollaban como una hermosa madeja de lana
Pero, lo digo, dice Dios, no conozco nada tan bello en el mundo
     Como un niño que se duerme diciendo sus oraciones.
Debajo del ala de su ángel de la guardia.
Y que sonríe a los ángeles cuando empieza a dormirse.
Y que ya lo mezcla todo y ya no entiende nada.
Y remezcla las palabras del “Padre nuestro” de cualquier forma, en desorden con las palabras del “Salve, María”.
Mientras un velo baja ya en sus párpados.
El velo de la noche en su mirada y en su voz.
He visto los santos más grandes, dice Dios, pues os lo digo:
     No he visto nada tan hermoso en el mundo como ese niño que se duerme diciendo sus oraciones.
Como ese chiquitín que se duerme en la confianza.
 Y que mezcla su “Padre nuestro” con su “Dios te salve”.
Nada es tan hermoso e incluso es un punto
 En que la Virgen y Yo estamos de acuerdo.
Y, lo puedo decir, es el único punto en que estamos de acuerdo
Porque generalmente tenemos pareceres contrarios.
Porque Ella quiere misericordia.
Y Yo, tengo que querer la justicia.
                                                                                  Charles PEGUY


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