sábado, 6 de abril de 2013

LA LEY DE LA GRAVEDAD (MORAL).


 

Puede ser útil recordar que el pecado es como una enfermedad terminal – pero curable – que afecta a todos los órganos del cuerpo. Solo que en este caso afecta a la vida eterna del alma.

¿Es mejor que las personas no sepan que están enfermas? ¿O que es posible (aunque penosa) la curación? ¿Son más felices si no se les comunica la gravedad – pero también el tratamiento – de su situación?

Aunque el pueblo no reconozca todas las leyes de Dios y el modo en que  reflejan Su amorosa preocupación por nuestra salud física y espiritual, eso no cambia el hecho  de que todo siga siendo cierto.

Le que suele olvidar la gente es que las leyes morales de Dios están tan firmemente establecidas como las leyes físicas. Por eso, los resultados del pecado no son tan inmediatamente dolorosos como los huesos rotos si se lanza uno desde un tejado, negando la ley de la gravedad.

Por esa razón, la Iglesia tiene que dar a conocer la mala noticia de los efectos mortales del pecado, así como la Buena Noticia de Cristo como la única curación total. Por eso necesitamos la confesión.

 

Scott HAHN

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