martes, 29 de agosto de 2017

LA FE DA LA VIDA.

El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que esté vivo y crea en mí jamás morirá. ¿Qué quiere decir? Él vive porque Cristo no es Dios de muertos, sino Dios de vivos.
¡Cree, pues, y cuando mueras vivirás! Pero si no crees, aunque estés vivo, ¡en realidad estás muerto! ¿De dónde viene la muerte del alma? De que la fe ya no está en ella. ¿De dónde viene la muerte del cuerpo? De que en él ya no está el alma. Por tanto, el alma de tu alma es la fe. Aquel que tiene fe, dice el Señor, cuando muera en su cuerpo, tendrá vida en su alma hasta que el cuerpo mismo resucite para no morir ya más. Y quien vive en su cuerpo, y cree en mí, debe morir por un tiempo en su cuerpo, pero no morirá para la eternidad, por la vida del Espíritu y por la inmortalidad que le traerá la resurrección.

San Agustín
Oriundo de Tagaste (en la actual Argelia), fue obispo de Hipona. Es uno de los cuatro grandes padres de la Iglesia latina.
Es doctor de la Iglesia (354-430).

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