miércoles, 29 de agosto de 2012

LA ORACIÓN.


 

La oración es un hablar de corazón a corazón con Dios. La oración bien hecha toca el corazón de Dios y le incita a escucharnos. Cuando oramos, que sea todo nuestro ser el que se vuelva hacia Dios: nuestros pensamientos, nuestro corazón… el Señor se dejará doblegar y vendrá a ayudarnos.

Ora y espera. No te turbes; la agitación no sirve para nada. Dios es misericordioso y escuchará tu súplica. La oración es nuestra mejor arma: es la llave que abre el corazón de Dios. Es necesario que te dirijas a Jesús mucho más con el corazón que con los labios.

 

                                                                       San PÍO DE PIETRELCINA

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