jueves, 9 de mayo de 2013

LA ALEGRIA DE SAN FRANCISCO DE ASIS.


San Francisco de Asís afirmaba: “Contra todas las maquinaciones y las astucias del enemigo, mi mejor defensa es el espíritu de alegría. Jamás el diablo está tan contento como cuando ha podido quitar la alegría del alma de un siervo de Dios. Tiene siempre en reserva un polvo que sopla en la conciencia a través de un tragaluz para hacer volver opaco lo que es puro; pero en vano intenta introducir su veneno mortal en un corazón henchido de gozo. Nada pueden los demonios contra un servidor de Cristo a quien encuentran lleno de santa alegría; pero lo pueden en un alma apesadumbrada y deprimida que fácilmente se deja sumergir en la tristeza o acaparar por falsos placeres”.
Por eso, el mismo santo se esforzaba siempre en mantener el corazón lleno de gozo, conservar este aceite de alegría que su alma había recibido. Cuidaba mucho el evitar la tristeza, la peor de las enfermedades, y cuando se daba cuenta de que ésta empezaba a infiltrarse en su alma, inmediatamente recurría a la oración. Decía: “En cuanto empieza a experimentar la primera turbación, el siervo de Dios debe levantarse, ponerse a orar y permanecer ante el Padre todo el tiempo necesario hasta que este le haya hecho recobrar el gozo del que está salvado.

Tomás DE CELÁNO
Biógrafo de S. Francisco de Asís y de Sta. Clara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario