miércoles, 1 de enero de 2014

LOS NOMBRES DE JESÚS. YO SOY.


 En el prólogo  San Juan escribió para su evangelio: En el principio existía el Verbo… y el Verbo era Dios”. y en la sinagoga Jesús escuchó un “Tárgum” (Dt 32,39) que decía: Ved ahora que Yo Soy. Yo Soy en mi Verbo y no hay otro dios fuera de mí.

El Hijo de María que es el Hijo de Dios y por tanto el Ser sin fronteras de quien todo procede, nos dice: Yo soy, Yo estoy siempre contigo, no temas. Este nombre de Cristo nos habla de la eterna presencia y la eterna cercanía del Emmanuel. No es un nombre mágico para eliminar nuestros miedos, sino un regalo de la revelación que nos ha hecho Jesús para que podamos confesar en el Credo: “Un solo Señor, Jesucristo, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios…”

¿Qué somos a su lado? Estamos creados a imagen de Dios, pero no somos la imagen de Dios, eso solamente puede ser el Hijo. Somos criaturas suyas y participamos limitadamente de su Ser, pero no somos su Ser. La raíz del pecado de los primeros hombres fue no contentarse con la suerte inmensa de ser criaturas de Dios. ¡querían a toda costa ser como Él!

 

Manuel IGLESIAS GONZÁLEZ

1 comentario:

  1. Querida Chantal: En el Antiguo Testamento Dios se presentaba a su pueblo como el Señor para poner su señorío como fundamento de su Decálogo: "Yo soy el Señor tu Dios...no tendrás otro Dios que a MÍ". La soberanía de Dios no admite competidores y, asegura a los hombres la libertad. Cuando Israel era fiel a su Dios, Dios lo libraba de la esclavitud...Israel es figura del pueblo mesiánico, el pueblo elegido por Dios que congrega a todos sus hijos dispersos.Para reunirnos a todos, envió a su Hijo a quién constituyó heredero universal, para que fuera Maestro, Rey y Sacerdote nuestro, Cabeza del nuevo y universal Pueblo de Dios. Está en el vértice de la Creación: Principio, Fin y Rey de todo lo creado: "Yo soy el alfa y el omega, el que es ,el que era y el que viene, el Todopoderoso"
    Jesucristo se ofreció como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la Cruz y consumó el misterio de la redención del género humano; de esta forma sometió bajo su poder la creación entera. Jesús, con su muerte ha liberado a los hombres de la esclavitud de Satanás, ahora somos criaturas suyas y ya somos libres porque servir a Dios es reinar.No podemos pretender ser como Dios porque Dios es Amor, es Espíritu, el hombre es una criatura muy amada por Dios; el hombre vive por el espíritu que Dios le comunica. La perfección de la vida humana la alcanzaremos todos cuando "Dios lo sea todo para todos y en todos"(1 Cor,15,28).
    Es la esperanza del pueblo de Israel.

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