martes, 4 de noviembre de 2014

YO SOY CRISTIANO, NO PRACTICANTE.


 
Hay frases que escuchamos tan a menudo que, al final, las asumimos sin ninguna crítica y pasan a ser carne d nuestra carne, pensamiento de nuestro pensamiento, una de ellas es: Soy cristiano pero no practicante. Me la recuerdan a menudo los jóvenes que vienen a solicitar matrimonio por la Iglesia o las parejas que desean bautizar a su hijo, cuando, tratando de ayudarles a celebrar el sacramento, les pregunto sobre el sentido de su petición.

Tal frase suena como si me dijeran: Soy discípulo de Jesús pero por libre y a mi modo, cogiendo lo que me interesa. Yo tengo mi propia fe y mis sentimientos, me sobran los encuentros que tienen los cristianos los domingos, paso de la Iglesia... en definitiva, me sobra todo, menos lo que a mí me interesa. Y lo que ahora me interesa ya sabes qué es : que aceptes la pantomima que vamos a hacer de casarnos por la Iglesia o de introducir a nuestro hijo en la Iglesia, de la que nosotros pasamos olímpicamente.

Algo parecido sucede en lo que se refiere a la Eucaristía. Muchos cristianos, a los que cuestiono su ausencia sistemática en la eucaristías, suelen responder: Soy cristiano, no practicante. ¿Es que se puede ser cristiano sin la Eucaristía?

- pues, no. ¿Tú crees que podemos ser discípulos de Jesús sin el mandamiento del amor? Pues hay otro que nace también de la voluntad expresa del Galileo: el mandamiento de que sus seguidores nos reunamos para celebrar la Eucaristía. Porque... la Eucaristía no es un invento de la Iglesia, sino una página que procede expresamente de Jesús en la Cena, que no podemos arrancar a nuestro libre albedrío.

 Por favor, tú no caigas en la trampa de este sofisticado invento. Es una frase tonta y sinsentido, creada probablemente para justificar alguna situación injustificable. Ningún cristiano medianamente lúcido puede pronunciarla, aplicándosela a sí mismo. Se puede decir: " Soy un cristiano inconsecuente con mi fe", o "soy un cristiano abandonado y con necesidad de convertirme" o "soy un cristiano que no ha llegado a comprender el sentido de los Sacramentos, en particular la Eucaristía" o "soy un cristiano en búsqueda...

Pero  decir "soy un cristiano no practicante" con convicción y autosuficiencia, es de una estupidez mayúscula, e implica arrancar una de las páginas más importantes del evangelio. Es uno de los múltiples cachondeos que nos hemos inventado para justificar un cristianismo vulgar y vacío. Amigo/a, intenta vivir tu fe con mediana elegancia, sin engañarte, sin justificar tus actitudes o conducta, sin manipular el Evangelio.

 

Juan JAUREGUI

 

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