viernes, 4 de noviembre de 2016

AMAR Y SER AMADO.

Todos somos capaces de hacer el bien y hacer el mal. No hemos nacido como personas malvadas. Todo el mundo tiene en sí algo bueno. Unos esconden el bien, otros no le hacen caso, pero la bondad está en todos. Dios nos ha creado para amar y para ser amados. Dios nos envía una especie de test para escoger uno u otro camino. La negligencia en el amar nos puede conducir a decir «sí» a la maldad sin darnos cuenta de hasta dónde nos puede llevar... Por suerte, tenemos el poder de superarlo todo por medio de la oración.
Si nos volvemos a Dios, irradiaremos amor y alegría en torno nuestro a todos los que conviven con nosotros. Del mismo modo, si hacemos el mal, extenderemos alrededor nuestro el mal. Si estamos cerca de alguien que va por el camino del mal, hagamos todo lo posible para ayudarle y mostrarle que Dios se preocupa de él. Oremos intensamente para que redescubra la oración, que descubra a Dios dentro de sí y en los demás. Todos hemos sido creados por la misma mano amorosa de Dios. El amor de Cristo es siempre más fuerte que el mal en el mundo. Debemos, pues, amar y ser amados. Es muy simple.

Santa TERESA DE CALCUTA
Fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad (1910-1997).

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