martes, 13 de junio de 2017

FELIPE Y SANTIAGO, MISIONEROS POR EL REINO DE DIOS.

Leyendo las Escrituras queda claro que la propuesta del evangelio no es solo la de una relación personal con Dios... La propuesta es el reino de Dios; se trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experien­cia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales.


Buscamos su reino: Buscad ante todo el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura. El proyecto de Jesús es instaurar el reino de su Padre; él pide a sus discípulos: ¡Proclamad que está llegando el reino de los cielos!


El reino que se anticipa y crece entre nosotros lo toca todo y nos recuerda aquel principio de discerni­miento que Pablo VI proponía con relación al verda­dero desarrollo: «Todos los hombres y todo el hombre». Sabemos que «la evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre». Se trata del criterio de universalidad, propio de la diná­mica del evangelio, ya que el Padre desea que todos los hombres se salven y su plan de salvación consiste en recapitular todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo.


Francisco


Jesuíta argentino, actual sucesor de san Pedro al frente de la Iglesia católica (1936- ).


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