viernes, 30 de junio de 2017

LAS DOS NATURALEZAS DE CRISTO.

Dios escogió a una virgen de la casa real de David para que llevara en su seno a un hijo santo, al mismo tiempo divino y humano, el Verbo, la Palabra de Dios, que es Dios mismo, el Hijo de Dios, que en el principio estaba ¡unto a Dios y por medio de la Palabra se hizo todo y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho, se hizo hombre para librar al hombre de la muerte eterna. Se abajó hasta la humildad de nuestra condición sin que su majestad disminuyera. Siendo lo que era y asumiendo lo que no era, unió a una verdadera naturaleza de siervo la naturaleza según la cual era igual al Padre. Unión tan estrechamente estas dos naturalezas que su gloria no pudo hacer desaparecer la naturaleza inferior, ni la unión con esta envilecer la naturaleza superior.
Así, permanece íntegro lo que es propio de cada naturaleza uniéndose en una sola persona: la humildad es acogida por la majestad; la debilidad, por la fuerza; la mortalidad, por la eternidad. Para pagar la deuda de nuestra condición, la naturaleza que está por encima de todo se une a la naturaleza capaz de sufrir, asociando en la unidad de un solo Señor Jesús al verdadero Dios y verdadero hombre. De esta manera, tal como era necesario para curarnos, el único mediador entre Dios y los hombres pudo morir por la acción de los hombres y resucitar por la acción de Dios.

San León Magno
Gran predicador y escrito/ fue chispo de Roma; desarrolló una Ingente labor de mediación para evitarla violencia de las incursiones bárbaras (t 461).

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