martes, 27 de junio de 2017

¿Me amas?


Cuando Cristo confiaba a Pedro sus ovejas, quería que se hiciera solo uno con él. El Salvador sería la Cabeza, Pedro representaría el cuerpo de la Iglesia. Así, pues, para poder encomendar a Pedro sus ovejas, sin que con ello pareciera que las ovejas quedaban encomendadas a otro pastor distinto de sí mismo, el Señor le pregunta: Pedro, ¿me amas? Él respondió: Te amo. Y así por tres veces. Quería, de este modo, fortalecer el amor para reforzar la unidad.
No fue por falta de pastores por lo que el Señor dijo: Yo mismo apacentaré a mis ovejas, como si dijera: «No tengo a quién encomendarlas». Porque, cuando todavía Pedro y los demás apóstoles vivían en este mundo, el que es el único pastor en el que todos los pastores son uno dijo: Tengo otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor. Que todos se identifiquen con el único pastor y hagan oír la única voz del pastor, para que la oigan las ovejas y sigan al único pastor, y no a este o a aquel, sino al único. Y que todos en él hagan oír la misma voz, y que no tenga cada uno su propia voz: Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Que las ovejas oigan esta voz, limpia de toda división y purificada de toda herejía, y que la sigan.

San Agustín
Oriundo de Tagaste (en la actual Argelia), fue obispo de Hipona. Es uno de los cuatro grandes padres de la Iglesia latina.
Es doctor de la Iglesia (354-430).

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