viernes, 23 de febrero de 2018

LA PALABRA.


La Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que una espada de doble filo. Cuando se predica esta Palabra de Dios, la palabra exterior, pronunciada y escu­chada, se reviste del poder de la Palabra acogida en el interior. Entonces, los muertos resucitan, y este testimo­nio hace surgir nuevos hijos de Abrahán. Esta Palabra es palabra viva: viva en el corazón del Padre, viva en los labios del predicador y viva en los corazones llenos de fe y de amor. Y como es Palabra viva, no hay duda de su eficacia.
La Palabra actúa con eficacia en la creación del mundo, en su gobierno y en su redención. ¿Qué puede haber más eficaz o más fuerte que ella? ¡Cantad las proezas del Señor, su poder! La eficacia de esta Palabra se manifiesta en sus obras y se manifiesta también en la predicación. No tornará a mide vado, sin que haya cumplido aquello para lo que la envié. La Palabra es, pues, eficaz y más penetrante que una espada de doble filo cuando se la recibe con fe y amor. En efecto, ¿qué hay de imposible para quien cree, y qué hay de duro para aquel que ama?
Balduino de Ford Abad cisterríense (t Ca. 1190).



No hay comentarios:

Publicar un comentario