viernes, 14 de septiembre de 2018

MARÍA NOS ENSEÑA A AMAR A JESÚS.


Esforcémonos en amar al Señor con el corazón de la Inmaculada, en recibirlo con su corazón, en alabarle con las actitudes de ella. Es a través de su corazón y de sus actitudes que alabamos al Señor Jesús. Si verdade­ramente es ella quien ama y glorifica a Jesús a través de nosotros, es que somos sus instrumentos.

Ella sola nos va a enseñar a amar al Señor Jesús mucho mejor, sin comparación, que todos los libros y todos los maestros. Ella nos enseña a amarle tal como ella le ama. Y todo nuestro esfuerzo debe tender a que sea ella sola, con nuestro corazón, la que ame al

Señor Jesús. Solo el alma poseída por el amor de Dios saca de ella todo lo que le estorba. Todo se concentra en el amor de Dios. Y ahora ¡quién ama más a Jesús pobre y crucificado, en el pesebre, que la Madre santí­sima! Nadie en el mundo, ni entre los ángeles, ama ni ha amado tan ardientemente al Señor Jesús como la Madre de Dios. La Inmaculada es el perfeccionamiento total del amor divino en nuestras almas y el medio para acercarnos al corazón de Jesús.

San Maximiliano M" Kolbe

Franciscano polaco, apóstol del Corazón Inmaculado de María, fundó la Ciudad de la Inmaculada (Niepokalanów). Murió mártir de la caridad en el campo de concentración de Auschwitz (1894-1941).

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