domingo, 24 de marzo de 2013

LA TRAGEDIA DEL DIOS ESCONDIDO.




 

Este ECCE HOMO, pintado en 1654 por Philippe de Champaigne, es una visión trágica del mundo venidero en el que Dios se convierte en un “Dios escondido” que desaparece en las estructuras racionales y económicas que están desplazando a las que, hasta hace poco, manifestaban su presencia. Es una visión profética que se asoma, horrorizada, a los cimientos de la actual crisis religiosa: abandonado de sí mismo, el hombre camina a su antojo hasta que la evidencia de Dios se desvanece ante sus propios ojos. Es una visión dramática que no ofrece más alternativa que abandonar completamente a Dios, como entonces los apóstoles, con el fin de abrazar el mundo o dejar completamente el mundo con el fin de abrazar a Dios.

Este ECCE HOMO, arrojado al lienzo como un desafío lanzado al mundo que reivindica representar el único punto de vista posible para el hombre. En esta composición marcada por un austero clasicismo, donde la humanidad del rostro de Cristo nos impresiona profundamente. El autor arroja ante nuestros rostros esta admirable túnica carmesí que da a la pintura un aire casi sobrenatural. Ese pintor místico, en una mandorla de rojo sangre, da testimonio de que hasta el fin de los tiempos el “Dios escondido” nunca dejará de manifestar su gloria a los hombres que, como Él, dan la mayor prueba de amor: dar la vida por sus amigos (Jn 15, 13).

 

Pierre-Marie DUMONT.


No hay comentarios:

Publicar un comentario