“Pierde el miedo a llamar al Señor por su nombre – Jesús – y a decirle que
le quieres”, así resume san Josemaría Escrivá la primera actitud de la oración
valiosa. Profundizar en Dios y profundizar en el hombre pasa necesariamente por
conocer a Jesús, y mal se le puede conocer si no se le trata: un trato amoroso,
como precisa el Catecismo. (429)
Tratar de tú a tú a Jesucristo es la puerta de inabarcables descubrimientos
espirituales, porque es el camino para el amor, que es lo único que permite
conocer hondamente la Verdad. Es lo que la Iglesia identifica con la Sabiduría: un conocimiento superior a la
simple intelección, porque es una ciencia que transforma el corazón. Y te
dispone a contemplar.
En la Eucaristía puedes tratar a Dios, a lo mejor, con devoción, porque te
parece que estás tratando “algo santo”. Y no te percatas de que no te
relacionas con “algo” sino con “Alguien”. Alguien que te está esperándote hora
tras hora porque te ama infinitivamente.
Manuel ORDEIG CORSINI
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