viernes, 23 de diciembre de 2016

LA EVANGELIZACIÓN DE AMERICA DEL SUR.


Fue la predicación el procedimiento más importante en la divulgación del Evangelio. El tema más enseñado fue el de la "unicidad de Dios", frente al politeísmo indígena. Insistieron los misioneros en la falsedad de los ídolos que, lejos de ser dioses, eran verdaderos demonios. Hicieron ver a los indios que los fenómenos de la naturaleza tienen un origen natural y así quedaban maravillados cuando se les explicaban los eclipses sirviéndose de naranjas y candelas. Otro tema muy importante fue el de la existencia del más allá, con un cielo y un infierno, cielo al que iban los amigos de Dios, e infierno para los pecadores. Los misioneros describieron el cielo y

el infierno con tal viveza que, dado el carácter impresionable de los indios, estos sintieron miedo a su propia idolatría que les conducía al infierno.

Al ser los indios muy aficionados a los ritmos y ceremonias, les encantaba los actos del culto cristiano, como procesiones y sacramentos. La música tuvo un papel fundamental para el aprendizaje de oraciones y textos evangélicos. Las representaciones plásticas del Evangelio, a modo de teatro medieval, sirvieron para explicar las verdades de fe más complicadas. El arte barroco, la imaginería cristiana, los cuadros pintados con fuertes colores, sirvieron como espléndidos catecismos a quienes, no sabiendo

leer, se acercaban a Dios por la contemplación y admiración. Hoy, nos llama la atención la difusión de catecismos impresos en diversas lenguas nativas, dedicados a los indígenas más instruidos, y que fueron un eficaz medio en el aprendizaje de la fe cristiana.

Sin embargo, las exigencias morales del cristianismo resultaron complicados en la práctica. Virtudes como la castidad y la caridad, actitudes como la aceptación de la monogamia o de la indisolubilidad matrimonial fueron algo superior para los indígenas. Será el tiempo quien se encargará de ir corrigiendo lo que ellos entendían como costumbres y los cristianos como pecado.

Santiago CORREA RODRÍGUEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario