viernes, 23 de marzo de 2018

LA DESORIENTACÍON DEL HOMBRE ACTUAL.


Lo que comúnmente nos hemos acostumbrado a ver como madurez en el hombre es, en realidad, una resignada sensatez. Uno se va adaptando al modelo impuesto por los demás, al ir renunciando poco a poco a las ideas y convicciones que le fueron más caras en la juventud. Uno creía en la victoria de la verdad, pero ya no cree.

Uno creía en el hombre, pero ya no cree en él. Uno luchaba por la justicia,

y ha dejado de luchar por ella. Uno confiaba en el poder de la bondad y del espíritu pacífico,

pero ya no confía. Era capaz de entusiasmo, y ya no lo es. Para navegar mejor entre los peligros y las tormentas de la vida,

se ha visto obligado a aligerar su embarcación. Y ha arrojado por la borda una cantidad de bienes que no le parecían indispensables,

pero eran precisamente sus provisiones y sus reservas de agua. Ahora navega sin duda con mayor agilidad y menos peso, pero se muere de hambre y de sed.

 

Albert Schweitzer

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