miércoles, 28 de marzo de 2018

PEDID, BUSCAD, LLAMAD


Esfuérzate por complacer a Dios, espérale interior­mente sin cansarte, búscale a la medida de tus pensa­mientos, violenta tu voluntad y sus decisiones, fuérzalas para que tiendan continuamente hacia él. Y verás cómo él viene a ti y establece en ti su morada. El está allí, observando tus razonamientos, tus pensamientos, tus reflexiones, examinando cómo le buscas: si es con toda tu alma, o negligentemente. Y cuando vea que lo buscas con ardor, enseguida se te manifestará, se te aparecerá,
te concederá su auxilio, te dará la victoria y te librará de tus enemigos.

En efecto, cuando haya visto cómo le buscas, cómo pones en él continuamente tu esperanza, entonces verás cómo te instruye, te enseña la verdadera oración y te da la caridad verdadera que es él mismo. Entonces él lo será todo para ti: paraíso, árbol de la vida, perla pre­ciosa, corona, arquitecto, agricultor, un ser sometido al sufrimiento pero que no queda afectado por él, hom­bre, Dios, vino, agua viva, cordero, esposo, guerrero, armadura, Cristo todo en todos. Igual que un niño no puede ni alimentarse ni cuidarse solo, sino que no puede hacer otra cosa que mirar, llorando, a su madre hasta que esta, movida por la compasión, lo atiende, así las almas creyentes lo esperan todo de Cristo y le atribu­yen todo lo que es justo.
San Macario de Egipto
Monje egipcio que vivió sesenta años retirado en el desierto de Scitia (t Ca. 390).



No hay comentarios:

Publicar un comentario